Vamos a acomodarnos en la incomodidad de este mundo.
Si el juego es cruel, incomprensible y propio...
y si no lo entendemos, no quiere decir que no exista.
Entonces, vamos a acomodarnos en la incomodidad,
a desperezarnos en el éxtasis del sistema nervioso,
y que se estanque la sonrisa en el puente de las fascies.
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