miércoles, 11 de noviembre de 2009

Lunática

Esa resaca del mal encuentro que me carcome mi biología. O esa resaca de la mala despedida.
Esa poción que esparce sobre mi ropa y mis fosas nasales, que me lleva a mareos innecesarios, a momentos alucinatorios, a memoria confusa o inventada, a deseos idiotas.
Guardé la prenda en el cajón, me vi obligada a tirar todo, ya no podía tener un encuentro desconocido, me había envenenado.
Incoherente, me llené de recuerdos (ahora encajonados). Cerré la puerta a las nuevas miradas, debajo de la cama guardé la femeneidad para disfrazarme de serpiente espectante, de espía, de parca escondida, de psicosis, de gula.
"Esa", es mucha palabra para los recobijos de mis muebles, de mi entorno, de mi orgullo, de mi imagen.

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