domingo, 28 de noviembre de 2010

El papel vuelve a mí. Lentamente vuelvo a encontrarme a través de él con mi verdad.
Es el tiempo, son las risas y el saber que ya queda poco para un viaje mental introspectivo.
Las piernas quieren correr y las dejaré. Supongo que una amputación no es nada mala cuando se trata de felicidad. Las ignauguraciones cortan su entrada con fé-licidad en el augurio sobre el floklore de lo nuevo, así que haré lo mismo, me animaré.
Me cortaré. Me haré pedacitos e intentaré esparcirme en cada maravilla que desee. Las piernas correrán contra el viento. Los pies se escurrirán en la arena cuando se distancie la ola. Mis partes andarán desnudas y sin vergüenza en alguna costa española. Mi panza flotará en la pileta del club de mi infancia. Mis tobillos se pintarán con su enredadera de colores. Mis brazos asomarán desde la ventanilla de un auto, que pertenezca a gente adorable, sobre la ruta. Mis manos acariciarán una espalda amiga interrumpiendo un saludo sincero. Mis hombros se desnudarán para quemarse al sol mientras seducen la sombra de una planta. Mi cuello hará redondeles sobre su eje. Mis senos darán vida. Mi boca regalará una sonrisa a mi familia. Mi nariz olerá las galletitas de manzana. Mis papilas gustarán pastafrola, acompañada del gusto de ser nieta. Mis ojos mirarán a otros. Mis oidos oirán el viento acompañado de una carcajada escandalosa. Y mi pelo sólo protegerá el galope de mi mente que acompañará a cada movimiento de su cuerpo.

Me enamoré de la luz

Descubrir el día con sus suaves destellos, propagandose desde allí, esquivando en su marcha edificaciones, para atravesar una ventana (un poco sucia) y hacerme denotar una piel tibia, unos brazos acolchonados y una caricia de terciopelo y a la vez, estremecedora. Me dan ganas de vivir-lo.
Es que siento la vida nacer a cada instante. Su pleno renacimiento me hace enrrollar los dedos en el pelo, refregarme en la piel, entrelazarme en las piernas y estirarme. Me embobo en los ojos y dejo al tiempo inmortal.
La luz recorre mis miembros inferiores y llega al ombligo pareciendo introducirse en él para recorrerme por dentro y dedicar la sonrisa. El gesto que hace denotar vida y ganas de vivir-la.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Ella brilla en su mundo.

Qué lindo que es ver tu cambio. Qué lindo sentirme orgullosa de tus pasos. Eso es el amor. A veces cuesta ponerse a predicar intentando fingir una experiencia con apenas algunos pasos por delante y tantas veces tan detrás tuyo.

A veces uno deja, porque quiere dejar o porque le gusta que a veces lo dejen. Esa toleracia, creo, que hace parte del amor y nos hace crecer independiente pero no del otro lado del río. Me hace pensar en una relación maternal quizás. Lo asocio a aquellos tantos viajes en hamacas, con el miedo y la adrenalina en cada puño que se aferraba fuertemente a las cadenas ennegrecidas y firmes a mis costados. Sabía que volvía y tenía esa figura que le daba más fuerza y velocidad a mis movimientos. Aprendí de ese olor oxidado en las palmas. El olor del juego.... Los juegos en las plazas serían como las puestas que vamos transcurriendo en distintos momentos, mientras nos observamos de reojo. Nunca en distinto tiempo.

Qué lindo es ver cómo va cambiando tu voz, que agarres la guitarra y hayas crecido tanto. Me emociona. Es como si yo lo hiciera, también lo cuento como si a alguien le interesara. Cómo me gusta dejarte correr un poco sola para al rato sentir que estás yendo a donde quiero verte.

Qué lindo que es sentir con vos. Esas veces que aunque el cielo esté de la manera que quiere podemos tener una conexión que nos lleva a respirar cada componente de él como si fuera único y diferente, como si nunca antes hubiera estado dentro nuestros pulmones.

Algunos tienen menos paciencia y arriesgan más al cambio. Pero todo cambio es bueno aunque suene desprevenido!. Acordate que uno elige el cómo ver las cosas, uno elige en qué papel ponerse. No es bueno darle poder a un otro. Comprender y respetar el fino límite entre el compartirse y no regalarse. Respetar nuestros lugares, no apoderarse de otros ni permitirle a los ocupas. Sos dueña tuya.

Bajo qué costo se hace y se deshace? No te amoldes, no te conformes, no sigas. Y transmitir ese sentimiento a todos los entornos que te rodees, los tuyos, los de tu sociedad, los de tu mundo. Andá a buscarla.

A veces podríamos tener un poco más de coraje, es parte del camino también tenerlo supongo, confiar en la racionalidad para saber cuándo las cosas terminan y cuando nacen. Pero esa hermosa virtud y a veces defecto, nos hace tener y sentir lo que nos conecta, lo que nos lleva a la retracción de las distancias, al abrazo sincero y a la mirada acompañante. Nuestra sensibilidad.

Quiero verlas brillar amigas!