domingo, 28 de noviembre de 2010

Me enamoré de la luz

Descubrir el día con sus suaves destellos, propagandose desde allí, esquivando en su marcha edificaciones, para atravesar una ventana (un poco sucia) y hacerme denotar una piel tibia, unos brazos acolchonados y una caricia de terciopelo y a la vez, estremecedora. Me dan ganas de vivir-lo.
Es que siento la vida nacer a cada instante. Su pleno renacimiento me hace enrrollar los dedos en el pelo, refregarme en la piel, entrelazarme en las piernas y estirarme. Me embobo en los ojos y dejo al tiempo inmortal.
La luz recorre mis miembros inferiores y llega al ombligo pareciendo introducirse en él para recorrerme por dentro y dedicar la sonrisa. El gesto que hace denotar vida y ganas de vivir-la.

1 comentario:

LuciLa dijo...

Qué lindo despertarse enamorada...