viernes, 16 de enero de 2009

Semipiso

Se cayeron las idolatrías primeras. Se cambiaron las facetas que quizás nunca estubieron. Se conocieoron la piel, se acariciaron muchas veces, se besaron hasta consumirse; y sin embargo, tuvieron ganas de abrazarse nuevamente, hasta quitarse la respiración ( tal vez comparable a la de aquel momento en el que se enamoraron).

Y las barras en el círculo siguieron girando, al igual que sus vidas, sus entornos, sus pensamientos, sus ser.

El conscientizar que eran personas diferentes, se separaron, elastizaron, elongaron juntos, estiraron los brazos, se relajaron.

Las causas externas los movilizaron a converger. Pero son diferentes, y cayó la idolatría. Y como toda masa, se disuelve. Aunque dentro de las relaciones de ella también puede existir amor, un encanto inoportuno.