martes, 1 de octubre de 2013

Damian

Y hace días que estoy pensando ésto. Y esos días pasan y no encuentro la respuesta. Y qué es el amor?
Qué es el amor si no es estas ganas de verte, de estar con vos, de estar conmigo, de querer compartir, de no querer compartirte, de querer contarte, de querer verte bien, de disfrutar cuando siento que estas bien por mí, de que sea placentero darte alegría, de querer cambiar.
Si no es eso, entonces no sé qué es el amor.

sábado, 13 de julio de 2013

Cable a tierra.

En un mundo donde imponer el miedo es productivo, donde el miedo pasa a ser real y normal. Con tanta pérdida de valores, dónde me hayo?
Con tanto vaivén del límite entre la cordura, cómo saber si lo que siento es real? cómo saber si lo que siento es normal?
No quiero etiquetas, sólo quiero delimitar un poco, no la mente, sino la conducta con ella.

Uma

  • Quizás estoy medio trsite, no del todo, medio. Tengo esas tristezas del día a día, esas tristezas profundas y filosóficas, aquellas tristezas que cuando chica, las veía en los grandes, esos suspiros agotados, de cansancio, de que el mundo es así y no de otra manera, que todos de forma o deformes estamos constituidos por lo mismo, del mismo desenlace una y otra vez (por suerte de diferente camino), de la no aceptación a los rumbos de la vida, de la decepción. Y cuando estoy ahí, medio triste, no del todo, vuelvo a repetir que sólo medio; sigo con mi vida, voy y vengo, escucho, también hablo y opino; y transito, y hago, y creo (menos de lo que me gustaría, pero creo), y creo de creencia también en el vacío, y vuelvo a hablar, y vuelo a escuchar, y vuelvo a opinar, y vuelvo a crear pero menos de lo que me gustaría, y vuelvo a transitar y  aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh se terminó el día. Y es ahí, cuando estás medio triste, cuando tenés esos sentimientos de grandes porque quizás te estás convirtiendo en uno, cuando te toca la desesperanza, ahí mismo, ahí cuando tu cabeza se apoya en la almohada, cuando pensás que el mundo es así y no de tal modo, cuando recordás que todos estamos hechos de los mismo y todo te llevó a lo mismo, en el medio de la decepción y la angustia, cuando recaés en que el mundo es una mierda... justo ahí, en ese momento, viene ella. No te suelta, te acompaña, te persigue, viene y pone su cabeza al lado de la tuya y cambia las tensiones de la almohada, le das un beso y te dan ganas de acariciarla hasta que quedás dormida con una lágrima y una sonrisa.