Creía que el amor era otra cosa.
Creía en la conexión, en la mirada, en el uno para el otro y en ese increíble tiriteo que abomba al cuerpo cuando se disminuyen las distancias...
Hoy veo y sé que es "ese" incontrolable, irreprimible, irrefutable deseo de acariciarte la panza, de sonreirte a la mañana, de darte besos en la espalda.
Aprendí que es desplazar el lugar de uno por un otro, con amor.
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1 comentario:
muy profundo...pero lindo...
espero alguno nuevo..
bsos.
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