jueves, 15 de julio de 2010

He

Creía que el amor era otra cosa.
Creía en la conexión, en la mirada, en el uno para el otro y en ese increíble tiriteo que abomba al cuerpo cuando se disminuyen las distancias...
Hoy veo y sé que es "ese" incontrolable, irreprimible, irrefutable deseo de acariciarte la panza, de sonreirte a la mañana, de darte besos en la espalda.
Aprendí que es desplazar el lugar de uno por un otro, con amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy profundo...pero lindo...
espero alguno nuevo..
bsos.