viernes, 31 de julio de 2009

Natural

Escucharon el silencio. Escucharon el roce de sus pies contra las piedras en cada paso. A veces escucharon otras pisadas que los acompañaban a cada uno.
Todo era tan fragil, tan virgen, que sentían que podían capturarlo todo: lo alejado, lo colorido, lo imponente, de un sólo manotazo.
Los aires de libertad que envolvían sus brazos cuando se desperezaban simulaban ser las anheladas, habladas y representativas alas.
El viento que recorre la quebrada, el viento transformado en voz. El viento pudo ser escuchado ese día. Y se convirtió en un en un empujón, y se personificó en miedo con un condimento de placer y hasta de risa.
Y en el retorno, a medida que avanzaban sus sentidos percibían algo totalmente distinto que se acercaba.
Y ahora sus sentidos cambiaban.
Y cuando llegaron a la jungla, vieron que lo que alguna vez constituyó la fuerza de la naturaleza, lo había plagiado alguna mente. Se comenzaban a introducir nuevamente en la cárcel de edificios y nuevamente desesperarían con sus garrotes de responsalibilidad.
Pero al fin y al cabo, era su hogar, era ahí donde pertenecían, donde crecieron y donde por algún momento creyeron seguir haciéndolo.
Y sus sentidos cambiaron.
Y para volver a sentir la plenitud, reposaron en la idea de que existe la libertad. De no sentirse libre, sino de serlo. Y en el reparto, el papel fue para la mente.
Y sus sentidos cambiaron, para cambiarlos a sí mismos.
y pudieron estar solos, pero no en soledad.

7 comentarios:

** dijo...

genial

* dijo...

genial

Chip dijo...

Me encantó!

LuciLa dijo...

A mi me encanta que te encante!

Anónimo dijo...

luli, te leí, y me encantó que puedas usar la palabra para decir el sentir, no es fácil, pero se puede. gracias por ese don te quiero.!!!

Anónimo dijo...

Lo tuve que escribier en anonimo, soy Adela tu marina!!!

LuciLa dijo...

Gracias Adee!!! Que lindo que te hayas tomado un rato para leerme, realmente te lo agradezco!
Yo también te quiero marina dos!